viernes, 9 de diciembre de 2011

YO Y MI OTRO YO

MODELO TEMÁTICO:
Borges y yo
Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.
Jorge Luis Borges, de "El Hacedor" (1960)


JONATHAN Y YO

A mi me gusta lo familiar, juntarme con la familia a compartir, pasar mucho tiempo con ellos.

A él , lo contrario, le gusta disfrutar de la libertad y de la soledad, pasa mucho tiempo solo y lo disfruta demasiado.

Los dos somos apasionados por las motos y los coches, aunque a decir verdad yo tengo una parte romántica y tranquila, ya que pienso las cosas antes de decirlas o hacerlas, y me conmuevo, y me emociono…

El otro Jonathan es totalmente impulsivo, actúa por instinto y a veces las cosas no le salen bien , por ser tan arrebatado.

Pero en algún modo nos conectamos y de alguna manera, aunque no es para nada fácil, cuando nos juntamos los dos, y logramos ponernos de acuerdo, seguro que sale algo bueno…



Jonathan Vazquez



EMANUEL Y YO (autorretrato)

Este otro, Emanuel, es tan opuesto a lo que soy que a veces pienso en ser él, se me hace difícil definirlo, por la sola razón de ser yo, mi criterio se socializa al suyo por solo conveniencia, doy a que pensar su razón asi todo no ser torna tan heterogéneo, igual aunque quiera somos tan parecidos que no aparto ni por tan solo una fracción de segundo, lo opuesto lo puedo describir según mi coeficiente y logro definir que es tan sensible como el roce del viento en la cara, cualquier malentendido lo afecta emocionalmente, en cambio yo soy mas duro, pienso momento a momento no dar un paso en falso, el otro, Emanuel, no es tan superficial, profundiza todo, desde un diálogo, hasta una sonrisa escapada, en cambio yo soy formal, es mas serio es mi fuerte ante la sociedad o en el entorno en donde nos encontremos, así no se pierde la imagen que a veces pienso en abortar.

Tenemos al parecer distintos objetivos, él se empeña en disfrutar de cada momento de la vida mientras que yo no logro ni intento salir del escudo o coraza, él no tiene miedos por ser transparente, y en fin … tiene conceptos que a la larga o a la corta, de no ser tan lejano, llegaremos a un pacto del que solo la muerte nos desligará, es el de ser uno para el otro, sin olvidarnos de nuestros mecanismos y nuestra manera de ser, para usarlos en determinados lugares, y determinadas situaciones según la ocasión lo requiera.

Jonatan Serrangeli





HOJAS DE RUTA

Habrá quienes se pierdan en el trayecto y se condenen a llegar un poco tarde, y habrá también quienes encuentren un atajo y se transformen en expertos guías para los demás. Caminos que no se pueden esquivar. Caminos que habrá que recorrer si uno pretende seguir. Caminos donde aprenderemos lo qu es imprescindible saber para acceder al último tramo…

Para mi, estos caminos inevitables son cuatro: El primero, el de la aceptación definitiva de la responsabilidad sobre la propia vida, que yo llamo camino de la auto dependencia. El segundo camino, es el des descubrimiento del otro, del amor y de lo íntimo, que llamo el camino del encuentro. El tercero, el camino de las pérdidas y de los duelos, que llamo el camino de las lágrimas. El cuarto y último, es el camino de la completud y la búsqueda del sentido, llamo el camino de la felicidad.

A lo largo de mi propio viaje he vivido consultando los apuntes que otros dejaron en sus viajes y he usado parte de mi tiempo en trazar mis propios mapas del recorrido. Quizás, también a aquellos que sean capaces de encontrar atajos. De todas maneras, el mapa nunca es el territorio y habrá que ir corrigiendo el recorrido cada vez que nuestra propia experiencia encuentre un error cartográfico. Solo asi llegaremos a la cima, construyendo nuestra propia hoja de ruta.

Ojala que nos encontremos allí…

Querrá decir que ustedes han llegado…

Querrá decir que también yo lo conseguí…

Jonatan Serrangeli



BORGES Y YO (el otro Borges)

Este monólogo lo escribe el otro yo de Borges, lo escribe el espíritu que contiene esa faceta de Borges que por diferentes motivos no siempre se manifiesta.

Quizás por no ser políticamente correcto o no encuadrar en lo qu es se espera de Borges… Es pluma sublime, excelsa, superlativa…

Pero existe el Borges simple, de gustos mundanos, y mas allegados a las personas que, si bien de gusto exquisito, no dejan que su piel se cubra con el manto del disimulo que pequeñas cosas le conmueven.

Borges necesita estar vestido de Borges, ante quien desea ver solo a Borges y un cambio de conducta o de actitud, movería los cimientos de las creencias que los demás edificaron y que él mismo se cuida muy bien de apuntalar.

A pesar del desconcierto que ello provocó, el yo de Borges fue dejando jirones de su simpleza a lo largo de la vida, pero era tan difuso el límite entre uno y otro, era tanta la convivencia existente entre su yo, él mismo y su público, que éste último aceptó sin resquemor los nuevos horizontes literarios que Jorge Francisco Isidoro Luis Borges proponía.

Y otra vez magnificaron su obra cuando en realidad lo quiso contar, su “yo” con un dejo de timidez y que el mismo Borges terminó apoderándose y haciendo de ello una virtud.

María Kodama conoció a los dos y estaba subyugada por la inteligencia de uno y por la simpleza del otro.

Intentar explicar el éxito de este cuento es como tratar de explicar muchas de las obras de este autor.

Hay cosas que gustan o no.

Es como tratar de explicar un sabor.

Todo aquel que ha tenido contacto con la literatura de una manera no tan superficial, deberá haber leído algo de Borges, como de otros grandes escritores rusos e ingleses de estos últimos siglos.

Pero de ahí a intentar explicar el éxito es tarea de literatos que quizás no se dan la oportunidad de detenerse a mirar, tal vez lo simple y de pensar la posibilidad que sea tan magnífico solo porque lo escribió Borges…

Gustavo Barrio



“MI OTRO YO”

Ahora que lo pienso, y valga la redundancia, Yo, también tengo un “yo”.

Pero contrariamente a lo escuchado, no reniego de él, como que no me quejo. Casi diría que le tengo una pequeña envidia. Claro que me mete en algunos problemas, pero bueno… es parte de mí.

Él no se detiene a mirar atardeceres, ni a tomar café mirando dinteles, la verdad, yo tampoco.

Lo que quiero decir es que él es mucho mas audaz, él hace cosas que yo no haría.

Por ejemplo, él, cuando está solo se sube a su moto y pasa los 250 en cualquier autopista, yo voy despacio para no asustar a nadie que venga conmigo y porque no quiero tener un accidente, soy prudente, él no.

Él viaja a fondo en el auto, música fuerte y Buenos Aires, Mar del Plata… 3 horas, 4 compact y 6 boletas.

En cambio yo ni loco paso los 100 cuando voy con mi señora embarazada y mi suegra.

A él le gusta el riesgo, la adrenalina, el vértigo. A mi me gusta cocinar, hacer la tarea con mi hija y mirar una película abrazado a mi esposa.

A él le gusta salir, escuchar música disco, tomar champagne mirando el amanecer en una playa de Rio con la mejor íntima amiga que el dinero le pudo comprar.

A mi me gusta ir al teatro, escuchar a Dolina y si tengo que comer solo, disfruto de una cena leyendo un libro.

Él escucha a “Callejeros”, yo a “Luis Miguel”, él es fanático de la play, yo soy muy bueno en el scrabel.

Él lee solo revistas, yo no cambio los libros por nada.

Él vivió en el paraíso, yo sobreviví en el infierno.

Él escribe en broma, yo no…

Tenemos trabajos diferentes, yo vendo nafta en mi estación de servicio, él roba bancos y blindados.

Yo creo que con lo que hago, ya está bien. Él cree que lo que hace, lo puede hacer mejor, yo me conformo con hacerlo. Él quiere perfeccionarse.

Yo quiero tener perfil bajo, él no…

Yo quiero pasar desapercibido, y que esto, pase pronto, él no.. al revés.

Siempre fue representante de los pisos de máxima seguridad donde estuvo. Él conoce ocho países, yo conozco ocho cárceles.

Yo quiero estudiar y terminar mi carrera. Él fue presidente del centro universitario de Devoto, que tiene cinco universidades, y no una vez… dos…

Yo no quiero faltar al trabajo, él se fugó dos veces de diferentes cárceles.

Yo quiero hacer todo bien para conseguir la transitoria. Él ya se evadió dos veces estando en transitoria.

El tema es que hace todo casi sin proponérselo, le sale así.

Y yo, que me esforcé tanto, no pude ser un buen padre, porque no estuve con mi hija cuando me necesitó. No fui un buen esposo, porque arrastré a la persona que amaba , al fango de las visitas en muchas cárceles.

No fui un buen hijo porque mis padres sufrieron mucho y pasaron la vergüenza de ver sa su hijo en los diarios y en la televisión.

Él y yo en algo coincidimos, como leales y buenos amigos de muchos muchachos que ahora están presos, o muertos.

Cuando le pregunto a mi otro yo… ¿Por qué todo esto? Él me dice que la pasó bárbaro. Viajó, tuvo grandes motos, buenos autos, mejores casas, la mejor ropa, amistades envidiosas y mujeres envidiables. Y le pregunto si le parece justo? Yo solo tengo un matrimonio arruinado, una hija que no veo, muchos sueños en mi mente y algunos tiros en el cuerpo, y él me dice que no tiene porque ser equitativo. Porque según él yo solo no me animo a nada…Pero yo sé… que él sin mí tampoco…

Gustavo Barrio.







“ASÍ ME VEO … ASÍ ME VEN…”



UN CORAZON

Mi dibujo me representa con un corazón, mi interpretación es.. porque estoy lleno de amor de mi familia, ellos llenan mi vida de amor y paz. Sería la razón de mi felicidad y de mi alegría.

Lorena e Iván, ellos me asombran cada día, están llenos de luz, cada día hacen que todo para mí sea felicidad. Lorena es una persona muy buena, excelente madre, mujer y compañera, me sorprende a cada momento. Está sola y lucha contra todo y todos muchos problemas. Iván es un niño que entrega amor y felicidad a cada momento, inteligente y capaz de enamorarte con su afecto.

Son esas personitas tan especiales, que cuando uno llega a enamorarse, entiende que ha encontrado la felicidad…. A mí me hacen feliz hoy y siempre.

Juan Carlos Lencina



AUTOBIOGRAFIA



Como breve introducción diré que mucho no puedo decir. Por supuesto estarán pensando en esas cosillas que es mejor mantener en secreto para no sufrir todo el peso de la ley. Pero no, no es a eso a lo que me refiero.

Especialmente, el tema es que lo informativo me sabe bárbaro, ahora en cuanto a lo narrativo es tanto lo que me nace escribir que cada capítulo de la vida sería extenso.

Si bien, cronológicamente hay mucho para contar, por una cuestión obvia, he tenido experiencias un tanto diferentes al término medio, ya sea al hombre común de todos los días, como así también en el ambiente delictivo.

Las cosas pasadas, los episodios ya sean sufridos o disfrutados fueron de tal intensidad que necesariamente dejaron huellas en un balance que todavía no realicé.

Nací el 20 de abril de 1960 en la clínica San Isidro de Buenos Aires. Hijo de Simón Barrio y Mercedes Gimenez, tuve una infancia tranquila en el acomodado barrio de Vicente Lopez.

Mi escolaridad primaria en el colegio privado “Adolfo Alsina”, secundaria en colegio privado. Universidad, no empecé porque estaba yo privado de mi libertad.

No pasé hambre, no pasé penurias, no sufrí malos tratos, mis padres me contuvieron en la medida en que pudieron y a su manera, pero mi espíritu llamémosle temerario y aventurero me llevó por caminos que no eran los indicados.

Mi padre, español él, fue tan aventurero como yo, pero él sabía perfectamente el sentido del deber y la honestidad, salió de España con el servicio militar, recorrió África, Medio Oriente, América, hasta que ancló en Aregentina, pero jamás tuvo un problema con la ley.

En mi caso recorrí Belgrano, Palermo y Barrio Norte, y tuve problemas en todos.

Vida escolar: Bárbara, si bien sufrí el tema de la discriminación por ser un negrito en un colegio lleno de rubios alemanes, como no sabía el significado de la palabra no me afectó. Pero si bien era negrito, era negrito pero simpático, era re-polvorita para las piñas. Calculo que para no dejar pegarme aprendí a defenderme y de chiquito aprendí no se de donde, a callar, a no acusar a nadie, por lo tanto, siempre era yo el que cargaba las culpas e iba a parar a la Dirección, pero repito… la pasé bárbaro.

La secundaria ya fue otra cosa, mas grande, chicas mas grandes, gustos mas grandes, problemas mas grandes…

Tengo un hermano, Claudio, que es menor que yo y es exactamente todo lo opuesto a mí. Él es tranquilo, honesto, trabajador, familiero, previsible, aburrido…

Ya de chiquito me acusaba de todo lo que se enteraba. O sea… mas problemas…

Hablando de problemas, de como pasé de robar un auto en mi adolescencia, a ser un conocido ladrón de bancos y blindados, es otro capítulo.

Gustavo Barrio





ASI ME VEO

Muchas veces me he preguntado como hacer para no cumplir años… imposible, ya que he probado de muchas maneras, pero siempre es la misma forma, mintiendo, ya que algunas veces digo que tengo menos años de los que en realidad llevo encima. En otras ocasiones cambio mi fecha de nacimiento, en otras, trato de hacer cosas de cuando era más joven creyéndome que todavía soy un pibe.

Pero hay alguien a quien todavía no logré engañar y no porque sea muy astuto, de quien hablo? Del no me deja mentir, el que me devuelve la triste realidad, el que me deja ver que mi pelo va tomando un color blancuzco , el m e me muestra que en mi cara van aparecido numerosas arrugas y que lo años no pasaron tan lentos como me parecían, y asi bruscamente me vuelve a la realidad, entonces digo… que viejo estoy…. Por supuesto de quien estoy hablando es del maldito espejo.

Alfredo Gorrachategui


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